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From de world stage to the street corner

18 Dic

Siempre, cuando está a punto de acabar un año, son muchos los que hacen listas de los mejores discos, las mejores películas, los mejores anuncios…y algunas de esas listas, como ésta, no necesitan pronunciar ni una sola palabra.

Reuters 2012. From de world stage to the street corner…

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Maravilloso y emocionante, una vez más, el trabajo de Reuters, de todos y cada uno de los cientos de fotógrafos que nos acercan un poquito más a la realidad de un mundo que a veces nos resulta tan desconocido.

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Instagram, ¿sí o no?

3 Dic

«Un instante es la eternidad. Eternidad es un instante. Cuando ves todo como un instante, comienzas a ver.» (Wu Men Kuan, poeta de haiku japonés)

Instagram, dependiendo de a quien preguntes, es una toda una filosofía de vida, o una forma de desvirtuar la fotografía. Hay defensores y detractores por doquier, y en lo único que coinciden ambos es en su incapacidad para convencer al otro de los pros o contras de esta red social. Porque a Instagram, o la amas, o la odias.

“Facebook nos hace creer que tenemos amigos, Twitter que somos filósofos e Instagram que somos fotógrafos. El despertar va a ser duro”. Esta frase, que tanto se ha movido por las redes sociales últimamente, es la base de muchas de las críticas que se le hacen a Instagram.

Hoy en día, cualquier persona, con un teléfono móvil con cámara, y una herramienta que le permita aplicar filtros creativos a sus fotografías, tiende a creerse un experto en la materia. O eso es, al menos, lo que piensa mucha gente de los ‘instagramers’, a los que también se critica por el excesivo uso -¿y abuso?- de filtros. Se habla de imágenes irreales, casi ficticias, y de elementos que, en su mayor parte, pierden toda su esencia.

En la lista de ‘contras’ también aparecen aspectos técnicos. Está, por ejemplo, la imposibilidad de controlar los comentarios que otros hacen de nuestras imágenes, o el hecho de no poder elegir una privacidad más selectiva, para decidir quién queremos que vea qué imagen y en qué determinado momento.

A los que aún no usan Instagram esta primera mitad del artículo probablemente les haya quitado las ganas de probarlo. ¿Para qué meterse –pensarán- en algo tan criticado por tanta gente? Pues porque –les digo yo- los pros’ pesan mucho más que los ‘contras’.

Instagram no es una simple herramienta de filtros para hacer nuestras fotos más bonitas. Es algo que va mucho más allá. Es una red social que permite descubrir instantes captados por millones de personas en todo el mundo, con las que también podemos compartir nuestros propios instantes. Esa es, a mi modo de ver, la esencia –y el enorme potencial- de Instagram.

No se trata de sacar mejores o peores fotos, más o menos profesionales (hay otras plataformas para este fin), sino de compartir visiones de diferentes aspectos de la vida. Lo que alguien come, cena o desayuna en Praga puede servirme de inspiración para mi próxima receta; y lo que otro diseña, dibuja o crea en Estocolmo puede darme ideas para un futuro proyecto. En Instagram puedes conocer costumbres de otros países, ver lugares a los que nunca viajarás o lo que está pasando en la otra parte del mundo. Y lo mejor de todo es que puedes hacerlo desde una perspectiva muy próxima a la tuya, la de alguien que no es fotógrafo profesional, sino que simplemente busca transmitir ese instante, que él mismo está viviendo.

«Vive de instante en instante, porque eso es la vida.»(Facundo Cabral)

Es evidente que Instagram ha democratizado la fotografía y aumentado las posibilidades artísticas que puede tener una imagen, pero yo sigo creyendo que la principal ventaja de esta red social es que me permite, en cualquier momento y en cualquier lugar (gracias a mi móvil, y ahora también gracias al ordenador), vivir nuevas experiencias a través de otras personas que deciden compartir las suyas conmigo.

A Instagram se suben, cada día, 5 millones de imágenes…5 millones de ventanas al mundo que se abren, solo para ti, a golpe de clic.